Paseando por el barrio de las Letras puedes encontrarte con grandes construcciones edificadas hace varios siglos y de un gran valor histórico. Es el caso de la casa del Nuevo Rezado, donde hoy se encuentra la Real Academia de la Historia. Su acceso se encuentra en la calle León 21, entre Santa María y Huertas. Al fundarse el monasterio de El Escorial, Felipe II concede a los monjes jerónimos el privilegio de la venta de libros del “Rezo Divino”, que pertenecía a la realeza y había sido establecido por el papa Pío V. Siglos después, con Carlos III en el poder, les concede la capacidad de imprimir estos libros, que habían sido impresos en Amberes hasta la fecha. Junto a San Jerónimo el Real se encontraba un edificio destinado al almacenaje de estas obras que tuvo que ser demolido cuando Carlos III ordena la construcción del Real Gabinete de Historia Natural, actual Museo del Prado, en su lugar..
La comunidad eclesiástica compra al conde de Clavijo dos casas colindantes, situadas en la calle León, para construir el nuevo edificio en dicho solar. El proyecto arquitectónico fue encargado al mismísimo Juan de Villanueva, que estaba trabajando en paralelo en la construcción del Gabinete anteriormente mencionado. Para la construcción del nuevo edificio, Villanueva prohibió el uso de madera, ya que este material podía quemarse, lo cual hacía peligrar el depósito de libros al que iba a ser destinado. No era una propuesta novedosa, ya que había exigido lo mismo para el Palacio Real, en un intento de evitar la repetición del incendio del antiguo alcázar.
Las obras comenzaron en 1788. El exterior del edificio resulta un poco brusco por las limitaciones de espacio, más parecido a una fortaleza que a un palacete. El edificio cuenta con cuatro plantas donde se encontraban la imprenta, encuadernación, almacén de libros y de papel, entre otras dependencias. También se construyeron viviendas, cocheras y hasta una capilla. En el acceso principal de la calle León encontramos una gran puerta con un hueco coronado por un escudo de piedra blanca en la que aparece la parrilla de San Lorenzo, recuerdo de su vínculo con el monasterio de El Escorial.




Fue utilizado por los jerónimos hasta que Mendizabal desamortiza todos los monasterios y conventos religiosos en 1835. El Nuevo Rezado pasa a otros usos, siendo destinado a convertirse en la Real Academia de la Historia, fundada esta en 1735. Esta institución se encontraba hasta la fecha en la Casa de la Panadería, en la Plaza Mayor, donde anteriormente se encontraba la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. El arquitecto Narciso Pascual y Colomer fue el encargado de realizar una serie de reformas internas para adaptarlo a su nuevo uso.
Se dispone entonces de Salón de Actos y despachos, finalizando las obras y efectuando la mudanza en 1852. Isabel II entra en escena y cede, en 1854, la planta principal del edificio a la Corporación de Capellanes Reales. Durante unos años el edificio estuvo ocupado por los Capellanes Reales, parte de la Academia de la Historia y el depósito de libros de rezo. Con la llegada de la Gloriosa en 1868, los Capellanes Reales deciden abandonar el edificio y tres años después la Academia de la Historia se hace con la totalidad del edificio de nuevo.
Entre 1871 y 1874 se realiza la última reforma necesaria para operar correctamente, realizada por el arquitecto Eduardo Saavedra y Moragas. La primera Junta de la Academia se celebró el 22 de julio de 1874. La Academia consiguió la cesión de edificios colindantes en su misma manzana para acomodar gran parte de la colección de libros, tras las sucesivas reformas del arquitecto Fernando Chueca Goitia. Los trabajos y publicaciones que se realizan desde la Academia de la Historia ocupan el primer lugar en la actividad cultural y científica de España. Su biblioteca es de las más importantes del país, contando con más de 200.000 volúmenes. También cuentan con magníficos tesoros como cinco lienzos de Goya. El edificio del Nuevo Rezado fue declarado Monumento Nacional en 1945.
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