La Casa de Campo surge en 1519 cuando el noble Francisco de Vargas construye una residencia a orillas del Manzanares y del arroyo Meaques con la morfología de una casa de campo de estilo renacentista italiano, el famoso Palacio de los Vargas.
Este lugar se vió favorecido por su cercanía con el Real Alcázar de Madrid y por la riqueza de especies animales en la zona, por lo que era un sitio ideal para la caza, la afición favorita de los monarcas y nobles de la época.

Desde 1562, la propiedad pasa a manos de la Casa Real cuando Felipe II la compra. Amplió sus funciones, pasando de meramente recreativas a también el cultivo de la tierra y cría de ganado.
El palacio y su obras posteriores a lo largo de los siglos se mantuvieron intactos hasta 1767, cuando lo reformaría Carlos III. Incluso llegó a ser la residencia oficial de José I Bonaparte durante la ocupación francesa (1808-1814).

La Casa de Campo siguió siendo un lugar de uso exclusivo para la realeza hasta la proclamación de la II República, el 14 de abril de 1931.
El 20 de abril de 1931, se incautaron los bienes de Alfonso XIII (como el Palacio Real, que fue renombrado hasta 1939 como Palacio Nacional). El Gobierno republicano cedió al Ayuntamiento de Madrid el Sitio de la Casa de Campo, convirtiendose en parque público, junto con el palacio de los Vargas, que pasó a ser municipalizado. Por primera vez todos los madrileños podían disfrutar de este lugar desde su creación en el siglo XVI.

El 6 de mayo de 1931, el ministro Indalecio Prieto hizo entrega al pueblo de Madrid de la Casa de Campo junto con el primer alcalde republicano de la ciudad, Pedro Rico López.
Y no sólo eso, sino que también se cedieron los terrenos del Campo del Moro, contruido a partir de 1844 a iniciativa del político Agustín Argüelles, precepto de Isabel II y que hasta ese momento pertenecía a la Casa Real.

Afectado gravemente por los combates de la Guerra Civil española, el lugar quedó muy alterado, y lleno de trincheras, fortificaciones y nichos de ametralladoras, que aún se pueden observar, quedó el lugar consolidado como el frente de Madrid hasta el fin de la contienda en marzo de 1939.
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