Ya hemos repasado cómo fue la historia del metro durante la Guerra Civil y durante la posguerra. Hoy vamos a relatar su evolución y expansión durante la década de 1960. En este año el precio de un billete sencillo era de 0,80 pesetas, la red contaba con 53 estaciones repartidas en casi 28 km. Teníamos las cuatro primeras líneas y el ramal. Durante esta década se expandieron ligeramente las tres primeras líneas y se creó una línea suburbana, que corresponde a la actual línea 10 y la línea 5. En una década Carabanchel y la zona sur oeste pasó de estar prácticamente aislada a tener 2 líneas de conexión con el centro de la ciudad.
Franco inauguró el 4 de febrero de 1961 el primer tramo de la línea suburbana de Carabanchel, la cual recorría unos 9 km entre Plaza de España y Carabanchel. Debido al desnivel de la estación de Plaza España se construyen ascensores y escaleras mecánicas que aún hoy sorprenden y que fueron las más largas de Europa en su día, al salvar 21 metros. Ya las obras de esta construcción empezaron en 1947. Ese mismo día Franco también inaugura la ampliación norte de la línea 1, con dos nuevas estaciones, Valdeacederas y Plaza de Castilla.



A los 9 días se produce un incendio en el tren suburbano a la altura entre Lago y Plaza de España, sin víctimas afortunadamente. El éxito de la enorme línea superó todas las previsiones. Estaba organizada para soportar 12.000 viajeros diarios. La realidad es que estaban usándola entre 30.000 y 50.000. Para remediar este problema comenzó a realizarse un apeadero entre Campamento y Aluche llamado Madrid-Empalme con la idea de que los viajeros pudieran realizar el trasbordo. Años después con la expansión del barrio este apeadero se incorporó a los mapas oficiales como otra estación, Empalme. Curioso que no formará parte oficial de la red cumpliendo una función tan importante.
Otro accidente ocurrió el 14 de agosto de 1961 en la línea 1. Un tren entre Bilbao y Tribunal se queda sin frenos, por lo que hace que marche hacia atrás por la pendiente, chocando contra otro estacionado en Tribunal. Se produjeron 134 heridos. Al año siguiente el alcalde de Madrid, conde de Mayalde, inaugura la ampliación sur de la línea 1, con dos nuevas estaciones, Nueva Numancia y Portazgo. En diciembre de 1962 se pone en Atocha la primera puerta automática de andén al estilo del metro de París, toda una novedad.



Al año siguiente, en 1963 se inaugura la nueva parada de la línea 3 por su tramo norte, Moncloa. Este mismo año se pondrían las primeras escaleras mecánicas del Metro Madrid, en la estación de Portazgo, ya que las que se colocaron previamente en Plaza España eran del Suburbano Madrid. En diciembre se aumentaron las tarifas de la red, siendo 1,50 pesetas el billete sencillo y 2,50 el combinado con el Suburbano. En 1964 se produjo una importante ampliación de la línea 2, al inaugurarse al este cuatro nuevas estaciones, El Carmen, Quintana, Pueblo Nuevo y Ciudad Lineal.
Nos plantamos en 1965 cuando ya se concedió la concesión de explotación entre Callao y Carabanchel, la cual sería la futura línea 5. La red ya contaba con 16 estaciones nuevas y 14 kilómetros más respecto a 1960. En mayo de 1966 como consecuencia del alargamiento de las estaciones de la línea 1 de 60 a 90 metros, que había comenzado 5 años antes, se cierra definitivamente la estación de Chamberí. Debido a su pendiente y su forma curvada hacían bastante difícil su ampliación. Además se decidió cerrar también por su excesiva proximidad entre Iglesia y Bilbao. El 1 de noviembre de 1967 se produjo un accidente en la línea 2 al chocar dos trenes a la altura de Cuatro Caminos. Hubo 27 heridos.


Finalmente en 1968 se inaugura la nueva línea 5 que conectaría Carabanchel con Callao. Por ello se abrieron 11 nuevas estaciones en casi 7 kilómetros y contó con una tarifa diferente al resto de la red. Al llegar a Carabanchel se producía un cambio con la red suburbana, por lo que entraba otra tarifa. Para evitar líos se instalaron unas vallas en el andén central, que separaban las dos líneas. El 17 de octubre de 1969 se cumplieron 50 años de su inauguración. Para celebrarlo se erigió en la estación de Sol un monumento a sus fundadores, Otamendi, Echarte y Mendoza. En diciembre dejó de prestar servicio los ascensores de la estación Gran Vía (Jose Antonio en aquella época), desmontandose en un breve periodo de tiempo. En sustitución se montaron seis escaleras mecánicas en un vestíbulo nuevo.


Y llegamos a 1970, momento en el que se colocaron las primeras máquinas billeteras automáticas que expedían billetes de 3 y 4 pesetas. Las primeras fueron colocadas en Atocha. El 26 de febrero se inauguró el segundo tramo de la nueva línea 5, entre Callao y Ventas con siete nuevas estaciones repartidas en 4,5 km. Entraría en servicio 1 semana después. El 3 de marzo cuando este nuevo tramo del metro llevaba 24 horas funcionando el periódico ABC se hizo eco de la poca afluencia que tenía. Se debía al precio tan elevado, siendo casi el doble de las otras líneas. En julio se produjeron importantes modificaciones en la red de Metro. Se unificaban los precios de todas las líneas del metro y también la del suburbano, por lo que se eliminaron los controles de las estaciones de Plaza de España y Carabanchel. También se prolongaron los horarios de funcionamiento del suburbano y la línea 5, equiparándolos con el resto de la línea, desde las 6:00 hasta las 1:30. Por último, pero no menos importante, se empezaron a comercializar los billetes semanales y mensuales.
Como resumen, el metro pasó de 53 a 86 estaciones y se duplicó prácticamente la distancia del recorrido. Se ampliaron ligeramente las tres primeras líneas y se crearon dos nuevas líneas, la 5 y el suburbano. Una ampliación necesaria para una ciudad en constante expansión.
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