Canibalismo en la Puerta de Moros de Madrid

Hoy os traigo una leyenda que deja un mal sabor de boca (nótese el humor negro) y que a más de uno os costará creer.

Nos tenemos que trasladar al Madrid multicultural, antes del siglo XV, cuando los judíos, musulmanes y cristianos convivían con sus más y sus menos. La ciudad como ya sabéis estaba protegida por murallas, una de origen musulmán y otra de origen cristiano. Esta última añadía más puertas de las 3 que había originalmente, entre ellas, una que se llamaba «de Moros». Esta se encontraba entre la antigua Casa de los Vargas, Iglesia de San Andrés y abría un camino que llevaba a San Francisco y hacia el camino de Toledo.

Esta puerta, que actualmente se rememora con una de las numerosas placas amarillas del ayuntamiento, era conocida por la cantidad de caminos y escondrijos que poseía, aunque la Cerrada era sin lugar a dudas la que se llevaba la palma.

Durante un tiempo, en la Puerta de Moros y su entorno, se escuchaban unos sollozos y gritos, cuya procedencia era desconocida. Tras un tiempo y una investigación por los curiosos, descubrieron a un hombre que confesó haber matado y comido a 3 de sus 5 hijos. Ante la sorpresa, decidieron tomar rápidas represalias. Fue condenado a 200 azotes hasta morir. No llegó a sentir todos, ya que murió antes.

Antes de morir, la explicación que dio el condenado por sus actos fue, que tenía hambre.

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