Alcalá la Vieja, una alcazaba andalusí

Un texto ampliado a este se encuentra en mi libro «Maŷrīṭ, una medina andalusí»


Qal ‘at ‘Abd Al-Salam, es decir, castillo del esclavo de la paz, era el nombre que tenía este enclave defensivo andalusí, conocido actualmente como Alcalá la Vieja. ‘Abd Al-Salam fue un caudillo, nombrado desde el gobierno de Córdoba, para encargarse de la defensa de la zona. Fue construída en el siglo IX posiblemente por el emir Muhammad I, al principio como otra atalaya más, pero evolucionó a alcazar rápidamente. La causa de su construcción la encontramos de nuevo en el contexto bélico y la necesidad de defender la línea defensiva de la Marca Media. Qal ‘at ‘Abd Al-Salam fue el principal punto de control andalusí dentro del valle del Henares. Controlaba los caminos fluviales entre tierras toledanas y el valle del Ebro con el Jarama. Compartía esta labor con otras poblaciones andalusíes como Guadalajara, Peñafora y Medinaceli. Bajo condiciones normales, los musulmanes construían sus medinas y alcázares aprovechando asentamientos previos. Muy cerca se encontraba la romana Complutum que había sido aprovechada a su vez por los visigodos. ¿Por qué los andalusíes no construyeron allí su alcazar?

Anuncios

Debido a la vulnerabilidad del flanco norte de Complutum, que era la dirección desde la cual se esperaba el avance de las tropas cristianas, los andalusíes optaron por construir su fortificación en la orilla opuesta del río Henares. Esta ubicación estratégica les brindaba una muralla natural y una posición más elevada para proteger ese flanco crítico. Aunque no utilizaron el terreno de Complutum en sí, sí aprovecharon los materiales de construcción disponibles en la zona. Desmontaron parte de las estructuras de Complutum y utilizaron sus piedras para edificar algunas de sus propias defensas. En este nuevo emplazamiento, no solo aprovecharon el río como una defensa natural, sino también el cerro Ecce Homo. Sin lugar a dudas estamos ante una de las mayores construcciones militares andalusíes de la región.

Aunque han llegado restos de la época andalusí, la mayoría son construcciones que posteriormente fueron reconstruidas por los cristianos. La principal reforma la acometió el arzobispo Pedro Tenorio durante el siglo XIV. Con una historia similar a la de Maŷrīṭ, el asentamiento militar evolucionó en medina, llegando a contar con arrabales, uno situado encima de la fortaleza y uno situado al otro lado del barranco, próximo al cerro de Malvecino. El terreno era muy irregular como aún se puede apreciar, y se construía según el perfil del cerro. Contaba con un gran recinto amurallado y ocho torreones, de las cuales se conservan tres en mal estado y la torre albarrana, esta en mejores condiciones. La torre albarrana mide 12 metros de altura, es de planta cuadrada, construida en ladrillo y piedra. Algunos de sus elementos son reconstrucciones posteriores. El resto de torres no merecen ser comentadas ya que se encuentran en estado ruinoso. 

Entre los restos arqueológicos más destacados se encuentra el comienzo de la puerta de herradura, que solía ser la entrada principal. Estaba compuesta por dos arcos de herradura, y todavía se conservan las piedras clave de uno de ellos. Además, se pueden observar cuatro aberturas en las jambas que servían como sistema de soporte. Es probable que este acceso presentara una apariencia similar a la Puerta de Alcántara en Toledo. Pero eso no es todo en cuanto a los restos, ya que también se sabe de la existencia de tres silos y un impresionante aljibe subterráneo. Este aljibe andalusí, orientado hacia el norte en dirección al río, cuenta con una magnífica nave abovedada reforzada con arcos fajones. Aún se puede apreciar la pintura roja típica, conocida como decoración a la almagra, que se utilizaba en las paredes para evitar filtraciones. Además, se encuentra un orificio destinado a conservar el agua potable y permitir la ventilación del espacio.

En las inmediaciones del alcázar se ubicaban las tropas y la población civil, mientras que en el cerro adyacente se encontraban vestigios arqueológicos de gran relevancia que respaldan esta teoría, como fragmentos de cerámica y tejas. Es probable que durante el siglo XI llegaran nuevos pobladores atraídos por esta fortaleza construida, muchos de los cuales eran antiguos habitantes de la Complutum visigoda. Qal ‘at ‘Abd Al-Salam aparece mencionado en crónicas cristianas y musulmanas de la época, lo que demostraría su importancia estratégica. Una de estas crónicas también nos cuenta cómo esta población andalusí permaneció bajo el dominio califal hasta el año 1118, tres décadas más de lo que resistió Tulaytula o Maŷrīṭ. La teoría más aceptada de esta excepción son las posibles ansias del rey Alfonso VI por tomar Tulaytula o simplemente por la dificultad de tomar y mantener el control de tantas plazas andalusíes de importancia en la región. Al haber dejado sin conquistar una fortaleza de importancia en tu retaguardia dabas posibilidades a tus enemigos para aprovecharlo en tu contra. Así pasó, ya que durante la ofensiva almorávide del año 1108, que tantos problemas generó a Sancho II, Qal ‘at ‘Abd Al-Salam se convirtió en uno de los mayores puntos de resistencia y que les permitió invadir y controlar mejor el norte del río Tajo. Partiendo desde la Toledo recién conquistada por los cristianos, el arzobispo Bernardo de Sedirac fue clave en la rendición de esta alcazaba, poniendo fin a varios siglos de control andalusí.

Con el trasvase de poder y el paso de los siglos, la antigua Complutum y sus alrededores comenzaron a recuperar importancia, mientras que la antigua medina cayó en el olvido. No perdieron el tiempo, ya que en los siglos XII y XIII empezaron las leyendas propagandísticas cristianas. Rodrigo Jiménez de Rada, arzobispo de Toledo y cronista, recuperó el culto a Justo y Pastor, los santos niños más famosos de Alcalá. Se construyó un nuevo poblamiento llamado Santiuste, donde, según la tradición, se encontraba la tumba de los santos niños. Santiuste (San Justo) fue el nombre que tenía Alcalá de Henares en los siglos XII y XIII. Esta nueva población fue absorbiendo todas las colindantes, desde Complutum hasta los pocos andalusíes que quedaban en el antiguo alcazar.

Anuncios

Para finales del siglo XIV ya no quedaba nadie en la antigua alcazaba andalusí. Alcalá la Vieja sobrevivió un poco más gracias a que se reutilizó como fortaleza y fue restaurada por Petro Tenorio, arzobispo de Toledo. Cayó definitivamente en desgracia a finales del siglo XVI. Como curiosidad final, destacar la vista de Alcalá de Henares realizada por Wyngaerde en 1565 donde ya vemos su considerable tamaño y al fondo se observa Alcalá la Vieja. Se ha declarado Bien de Interés Cultural en 2023. En la actualidad se debería de destinar más recursos económicos para que los arqueólogos pudieran realizar intervenciones de envergadura, ya que queda mucho por descubrir.


¿Te ha gustado el artículo?

Introduce tu correo electrónico para recibir semanalmente las novedades 😺


Realiza una donación para apoyar el proyecto de Gato por Madrid

Elige una cantidad

€1,00
€2,00
€5,00

O introduce una cantidad personalizada


Hola, me llamo Adrián. Soy el creador de Gato por Madrid. Desde julio de 2016 comparto contenido histórico sobre Madrid y me gustaría continuar con ello. El proyecto siempre será gratis, pero lo cierto es que cuesta dinero y tiempo mantener vivo el proyecto, por lo que si te gusta lo que hago y piensas que sirve de utilidad lo que cuento, te animo a que me apoyes realizando una donación, por pequeña que sea, para que este gato pueda seguir contándote historias.

Dona

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Crea una web o blog en WordPress.com

Subir ↑