Todos conocemos esta calle madrileña donde se congregan algunos kioscos literarios durante todos los días del año, de manera ininterrumpida, donde podemos encontrar libros de ocasión, antiguos, joyas ocultas, raras o descatalogadas. Aquí se organiza desde 1925 esta feria al aire libre, a la que Francisco Umbral la nombró como «la calle más leída de Madrid» en 1985.
Umbral no fue el único en bautizar esta feria, ya que Ramón Gómez de la Serna la nombró como «la Feria del Boquerón» debido al precio tan similar entre libros y aperitivos en la época. Fue concretamente en 1919 cuando los libreros se juntaron, abandonando el bazar de alimentación de Atocha para constituir la feria junto al Real Jardín Botánico.

Este último presentó una queja debido a la localización de esta nueva feria, dando como resultado su desplazamiento a la Cuesta de Moyano, a pesar de las numerosas protestas de los intelectuales de la época. Y es que no sólo de intelectuales de 1919 vive la zona, ya que ha sido frecuentado por algunos de los mayores literatos como Pío Baroja (cuya escultura se encuentra en la cima de la cuesta), Ramón Gómez de la Serna, José Ortega y Gasset, Max Aub, Ernest Hemingway, Camilo José Cela, Francisco Ayala, Antonio Gala, Almudena Grandes, Enrique Tierno Galván y muchos otros.
En definitiva, la Cuesta de Moyano es posiblemente una de las zonas con más encanto de Atocha y sus alrededores, donde siempre merece la pena ver que joya oculta podemos encontrar.
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