Pasear por el célebre Barrio de las Letras siempre es un placer para visitantes y locales. Hay muchos lugares e historias que contar y en las que fijarse, pero seguro que todos os habéis fijado en el pequeño rincón lleno de flores y árboles junto a la Iglesia de San Sebastian y a la Plaza del Ángel. Este lugar es una floristería centenaria con mucha historia que la precede.
El Ángel del Jardín es su nombre, fundada en 1889, conserva su aspecto místico y rico, con el que cada visita se vuelve algo especial. Y es que este lugar fue el cementerio de la Iglesia de San Sebastian, justo al lado, desde el siglo XVI hasta el XIX, llegando a tener como inquilinos a personajes tan ilustres como Lope de Vega, Ventura Rodriguez y Juan de Villanueva.
Una vez que se sacaron los cuerpos de este lugar, la iglesia decidió ceder los terrenos a Luis Martín, que regentaba una floristería ya desde mediados del siglo XIX y que transformó el solar en una floristería.
El lugar tuvo un éxito instantáneo desde su fundación, incluso autores como Galdós lo mencionan, en concreto, en su novela «Misericordia».
Desde el mismo día de la apertura del local, no han tenido que cerrar nunca sus puertas, ni siquiera durante la Guerra Civil. Y es que durante el conflicto bélico, su vecina Iglesia de San Sebastian sufrió numerosos daños, cayéndole una bomba el 20 de noviembre de 1936, que provocaron que tuviese que ser totalmente reconstruida.
Se ha conservado hasta nuestros días la entrada modernista, el olivo más antiguo de Madrid en su jardín y las columnas de hierro que sostienen el artesonado de madera.
Los Martín mantuvieron el negocio hasta hace pocos años, siendo los últimos Francisco Martín y su hijo Antonio. Este último fue quien cedió el negocio a su actual propietaria, Pilar Vigara, que ha sabido conservar el encanto del lugar.
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Precioso artículo. Es el que ha inspirado el libro «Mujeres que compran flores? Un saludo
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He leído el libro y tengo intención de ir a los lugares que se describen. Lo están leyendo personas de mi entorno y creo que estarán encantadas con la información de este post. Yo lo estoy!!.
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Pues yo la he visitado está mañana, también motivada por el libro de Vanessa Monfort y me he llevado una profunda decepción, supongo que iba con unas expectativas muy altas , y me he encontrado con un lugar completamente abandonado y tratado sin ningún mimo, las plantas todas secas y todo lleno de hierbajos, sucio y dejado, nada q ver con las fotos que aparecen Internet, la dependienta tenía una cara de hastío que no podía con ella, y además todos esos souvenires baratos y cremas de rosa de Mosqueta, junto con esos vestidos de mercadillo le hacen flaco favor a esta floristería con tanta historia.
Creo que desde luego no es lo que supuestamente debió ser, y en mi opinión ha perdido esa esencia que Vanessa nos transmitió en su libro, si es que algina vez la tuvo.
Una decepción.
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