Madrid fue una ciudad llena de arroyos, cargados con abundante agua que la hacía única. Curiosamente su río, el Manzanares, tenía mucha más fuerza de la que podríamos pensar hoy en día. Llamativos son los episodios históricos que describen como el río fue capaz, en varias ocasiones, de dañar o derribar «la puente toledana», es decir, el Puente de Toledo. Cierto es que estos primitivos puentes eran de una pobre construcción, pero desde luego el río actual no podría ni desgastarlo.
Para un madrileño actual es muy difícil imaginar esto, pero calles como Leganitos, Arenal o Segovia eran arroyos bien poblados, que fueron negados posteriormente. La M-30 soterro también, un arroyo clave en Madrid. Por no hablar del sistema de transporte de agua, diseñado por nuestros primeros pobladores, los árabes, y que fue conservado y utilizado hasta la construcción del Canal de Isabel II, en el siglo XIX.


Las fuentes eran más utilizadas para recoger agua, normalmente por los aguadores, bajo una legislación muy estricta, pero en ocasiones tambien tenían una función ornamental. No es hasta la llegada de los Borbones, cuando las fuentes cobran principalmente un aspecto «señorial» que hace de ellas una construcción escultórica atractiva de ver. Todos conocemos la Cibeles, Neptuno o incluso fuentes del Retiro, como Galápagos y Alcachofa. Pero muy pocos recuerdan o saben que la primera gran fuente «ornamental» fue la situada en la Puerta del Sol. Esta fuente data ya de 1625, en época de los Austrias, aunque fue posteriormente sustituida por otra en 1727. En ambas fuentes ya estaba la Mariblanca coronándola.

La Mariblanca actualmente se encuentra en la Casa de la Villa, buen protegida, aunque podemos ver 2 copias, una en la Puerta del Sol y otra en el Museo de Historia de Madrid. Representa a la diosa Venus, aunque otros han visto representada a Diana. Su autoría se debate entre Pereira, Ludovico Turqui y Rutilio Gaci. La estatua comenzó a realizarse en 1625, terminandose en 1629, en marmol.
Estuvo aquí gobernando las 2 fuentes hasta 1838, año en la que fue trasladada a la fuente que había en la Plaza de las Descalzas Reales en 1892. Desde 1905, permanece en la Casa de la Villa. La copia que observamos en la Puerta del Sol data de 1986. Estaba donde siempre estuvo la fuente original, aunque con las construcciones, se trasladó cerca de la calle Arenal.

La fuente estaba constituida por un pilón circular sobre un pedestal octogonal, con una grada de 4 peldaños. Poseía cartelones de mármol, mascarones de bronce con 4 caños y escudos de la Villa. La Mariblanca se encontraba en la parte superior, sostenida con un pedestal de piedra caliza, sobre un zócalo poligonal de granito. Como ya hemos dicho anteriormente, en 1838, con la Desamortización de Mendizabal, y en mal estado de conservación, tuvo que ser desmontada. Como último dato, aunque obvio, el nombre de la fuente lo obtuvo del convento y posterior hospital del Buen Suceso, que se encontraba justo enfrente de ella, y donde actualmente se encuentra una marca famosa de telefonía.
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