Estamos en la calle del Sacramento, una de las más importantes de la zona conocida como «Madrid de los Austrias», y en la época de Felipe II, es decir, segunda mitad del siglo XVI.
En esta calle y en esta época vivía un matrimonio musulmán, donde la diferencia de edad era notoria, ella siendo mucho más joven que él. Esta muchacha era conocida por su deslumbrante belleza, con la que complacía a su marido.
El matrimonio iba bien hasta que un joven apuesto cristiano se interpuso entre ellos, ya que se marcó como objetivo conquistar a la bella joven. Y lo consiguió.
Los amantes se veían con la ausencia del marido y cada vez con mayor frecuencia. Hasta que llegó un día en el que el joven no se presentó. Y desde esa ocasión, no supo nada la joven de su amante. Pasaron los días y las semanas sin tener noticia de él, lo que provocó una gran tristeza en la joven. Tal fue la ausencia, que nunca más se supo del amante.
Esta chica tuvo qque sufrir en silencio la ausencia de su amante, hasta que falleció su marido. No sabía lo que le esperaba…
Un buen día, se le ocurrió subir al desván de su casa, donde ella nunca subía y no sabía que encontrarse allí. Cual fue su sorpresa, que encontró el cadaver de su amante emparedado en el desván. Seguramente fue victima de un encuentro, no muy fortuito, con el marido de ella, por lo que no pudo controlar su furia.
Dice la leyenda que desde entonces, esta mujer decidió convertirse al cristianismo y colocó una cruz de palo en la esquina de su vivienda para que todos lo supieran.
Pero no acaba ahí, ya que la cruz de palo se encontraba en la vivienda hasta 1972, fecha en la que esa manzana de viviendas fue derribada para construir un aparcamiento subterráneo.
Sea como fuese, recordad, siempre que paséis por la calle Sacramento de noche podéis encontraros con el espíritu deambulante de la joven y su amante cristiano.
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