Los Jardines de la Rosaleda, creados por encargo del Ayuntamiento de Madrid en el año 1915 por el que fuera jardinero mayor de El Retiro, Don Cecilio Rodríguez.
El lugar destinado a acoger la Rosaleda sería un óvalo al Sur del parque. Ahí, se encontraba desde el año 1883 una estufa que había sido donada por el Marqués de Salamanca, para albergar plantas exóticas y que procedía del jardín de su palacio, la cual sería respetada por Cecilio Rodríguez, dejándola dentro del jardín.

Se trataba de un bello edificio de hierro y cristal, construido en Londres, en los talleres de Konnans Hermanos, cuyo basamento fue aprovechado con posterioridad, tras su desaparición durante la Guerra Civil, para la construcción de este estanque central en los Jardines de la Rosaleda, a modo de recuerdo de lo que fue aquél.


Sin embargo, la Guerra Civil Española conllevó la destrucción tanto de la Rosaleda como de la estufa del Marqués de Salamanca, por lo que ésta tuvo que ser desmontada y el jardín hubo que restaurarlo de manera profunda, todo ello a comienzos de la década de los 40, concretamente a partir de 1941, momento en que se plantarían unos 4.000 rosales, cifra que ha ido aumentando con el paso de los años. Asimismo, se dotaría el recinto con algunos elementos ornamentales, como fuentes y bancos de piedra.
Así, la Rosaleda resultaría ser un espacio claramente delimitado, trazado con perfectas formas simétricas y recorrido por numerosas pérgolas que, al igual que cada tramo del jardín, estarían llenas de distintos tipos de rosas, flor favorita de Don Cecilio.
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