El Parque del Retiro ha cambiado muchísimo con el paso de los siglos. Al principio era un extenso terreno totalmente desaprovechado, pasando posteriormente a un recinto exclusivo en manos de Felipe IV, regalado por el Conde Duque de Olivares, su valido. Desde entonces, han pasado muchas construcciones por el parque, y desgraciadamente muchas se han perdido como el Pabellón árabe.
Hoy conocemos otra de estas maravillosas construcciones que se perdieron, la Casa Rústica o Persa.

Según Isabel Gea Ortigas en su magnífico libro «Guía Visual del Madrid Desaparecido», esta construcción se encontraba a la derecha del actual Paseo de Coches, justo entrando por la denominada Puerta de Madrid.
Fue obra de Isidro González Velázquez, autor célebre del parque que construyó numerosas obras en él. Esta es otra de esas «casitas o caprichos» que realizó entre 1818 y 1820, para el llamado «El Reservado» un lugar exclusivo para disfrute de Fernando VII.

En el exterior se podía observar que estaba revestido con troncos de árboles, dejándoles su corteza. Constaba de 2 cuerpos, uno cuadrado de acceso y otro circular. En su interior podíamos ver alfombras persas, telas chinas y otras maravillas de oriente, por el cual obtuvo este nombre. Incluso en la nave circular se podían ver como sus columnas estaban rematadas con capiteles en forma de elefante.

Posteriormente el edificio fue un restaurante. En este lugar ya denominado como La Fonda Persa o La Perla, se celebró el famoso «brindis del Retiro», un banquete homenaje a la figura de Calderón de la Barca, celebrado el 30 de mayo de 1881, donde acudieron hasta 150 comensales, organizado por la Universidad Central.
Desgraciadamente el edificio pasó por la piqueta en 1894 por su mal estado de conservación.
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