Nos encontramos paseando por el céntrico barrio de las Letras, enclave literario de Madrid, donde las figuras más excelsas de la literatura española convivieron durante el Siglo de Oro. Son muchas las historias y curiosidades de esta pequeña zona de la ciudad, siendo una de las más graciosas la historia de dos de sus calles, las dedicadas a Lope de Vega y Miguel de Cervantes.
Calle de Lope de Vega


Localizada entre la calle del León y el Paseo del Prado, era conocida anteriormente como calle de Cantarranas. Este llamativo nombre se debía a la enorme cantidad de estos anfibios que se agrupaban en las charcas próximas a las huertas del Convento de San Jerónimo, dónde posteriormente se trazaría la calle actual de la Carrera de San Jerónimo. El nombre de la calle fue modificado en 1835 al del maestro literato del teatro español. Curiosamente en esta calle se encuentra el Convento de las Trinitarias Descalzas, donde se enterró a Miguel de Cervantes en 1616.
Dos de las monjas de este convento eran Isabel, hija de Cervantes y Marcela del Carpio, hija de Lope. Este templo amenazó con ser derribado en 1868 con la Desamortización de Mendizabal, aunque gracias a la labor de Mesonero Romanos y la Academia Española, se consiguió proteger.
Calle de Cervantes


Localizada entre la calle del León y la Plaza de Cánovas del Castillo, primero fue conocida como calle Francos, apellido de una familia adinerada que vivió durante generaciones en esta calle, comenzando don Pedro Suárez de Francos, regidor de la villa a principios del siglo XV y termina en don Diego Francos de Garnica, alcalde de casa y corte. Esta familia fue la responsable de la demolición de la última residencia de Cervantes en Madrid antes de su fallecimiento.
Aunque la actual construcción es de nueva planta y no es la casa donde murió Cervantes, se ha ornamentado el lugar para su recuerdo. El acceso a la casa de Cervantes se encontraba en la calle León, no en la localización actual. El anterior mencionado cronista de Madrid, Mesonero Romanos, intentó conservar la vivienda de Cervantes, por su valor histórico y patrimonial, sin que los Francos accediesen. El nombre de la calle se modificó también en 1835, otorgando cierta ironía, ya que el afán de protagonismo de la familia Francos quedó totalmente erradicado. La paradoja de esta calle, aparte de lo mencionado anteriormente, es que también se situa en ella la residencia de Lope de Vega, por lo que deberían de ser intercambiadas, ya que los supuestos restos de Cervantes se situan en la calle de Lope de Vega..
¿Te ha gustado el artículo?
Introduce tu correo electrónico para recibir semanalmente las novedades 😺
Realiza una donación para apoyar el proyecto de Gato por Madrid
Elige una cantidad
O introduce una cantidad personalizada
Hola, me llamo Adrián. Soy el creador de Gato por Madrid. Desde julio de 2016 comparto contenido histórico sobre Madrid y me gustaría continuar con ello. El proyecto siempre será gratis, pero lo cierto es que cuesta dinero y tiempo mantener vivo el proyecto, por lo que si te gusta lo que hago y piensas que sirve de utilidad lo que cuento, te animo a que me apoyes realizando una donación, por pequeña que sea, para que este gato pueda seguir contándote historias.
Dona