La Inquisición en Madrid y España

Orígenes e implantación de la Inquisición en Madrid y España

El origen de la Inquisición como idea surgió con el papa León Magno, en una carta destinada a Toribio de Astorga, donde decía que la pena corporal podría ser un remedio efectivo contra lo espiritual. Posteriormente la idea fue tomada e iniciada por Gregorio IX, concretamente en febrero de 1231, afianzándose con Inocencio IV en 1248. Antes del nacimiento de la Inquisición, la herejía se combatía por la «justicia espiritual», que ya existía desde el siglo IV y consistía en el anatema, la excomunión y castigos espirituales convenientes.

La RAE define la Inquisición como «tribunal eclesiástico establecido para inquirir y castigar los delitos contra la fe». Los primeros tribunales se establecieron en Tolosa y posteriormente en Italia, España, Alemania, Goa, México, Países Bajos, Perú y Portugal. Aunque para ser justos, ya existían castigos físicos ante las herejías, antes de que existiera la Inquisición. En 1023 fueron quemados en Orleans 13 clérigos heréticos por orden del rey Norberto. En el reinado de Enrique II de Inglaterra, dejaron morir de hambre y frío a una treintena de herejes. El emperador alemán, Enrique III, ordenó ahorcar a un grupo de cátaros en 1052.Al principio, la Inquisición sólo se encargaba de las herejías, pero amplió sus castigos posteriormente. Se encargó de brujería, incesto, solicitación, bigamia, sacrilegio, hechicería, fornicación, sodomía, blasfemia, entre otros muchos pecados. Los judíos tuvieron la fortuna de no ser juzgados, ya que la Inquisición no tenía jurisdicción sobre ellos. Pero los musulmanes que se convertían al cristianismo, podían ser juzgados.

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Finalmente, los Reyes Católicos implantaron el primer tribunal inquisitorial tras conseguir la bula de Sixto IV en 1478. No fue hasta septiembre de 1480 cuando se asignaron a 3 inquisidores, estos fueron Juan de San Martín, Miguel de Morillo y Juan Ruiz de Medina, este último como asesor. En febrero de 1482 serían nombrados 8 inquisidores más, hasta que en 1483 finalmente se estableció el primer tribunal de Castilla en Ciudad Real, trasladándose posteriormente a Toledo el 15 de junio de 1485. Finalmente en 1495, los Reyes Católicos contaban con 16 tribunales, que decrecerían posteriormente con otros monarcas.

Los Autos de Fe y los Autillos

Los Autos de Fe tenían lugar generalmente en plazas mayores o en espacios amplios delante de la portada de un templo. En varias ocasiones eran multitudinarios, llegando a representar diversos estamentos sociales, eclesiásticos, nobleza e incluso, en ocasiones, la Corona. Se realizaban pregones antes del acto, siendo 2 los más conocidos, el de la Cruz Verde y la Cruz Blanca. Finalmente llegaron a ser una especie de «fiesta popular» donde se congregaban las gentes de las ciudades. Llegaron algunos al punto de visitar Toledo, si es que no se celebraba algún Acto en Madrid, para poder deleitarse. Aún así, también existía la gente que calificaba estos eventos como horror, por supuesto con cautela, como Jean Lermithe, amigo de Felipe II, que calificaba estos actos como «espectáculo triste y desagradable de ver».

También existieron los Autillos, de menos afluencia y de carácter particular. Normalmente se celebraban a puerta cerrada en templos cristianos, aunque en alguna ocasión se abrían las puertas para atraer el interés general.

Métodos de tortura

La Iglesia prefería las confesiones de los pecadores, antes que la tortura. Lo gracioso de todo esto, por calificarlo de alguna manera, es que si el «pecador» no decía lo que la Iglesia quería, que obviamente era que había cometido un pecado, esta recurrían a las torturas y castigos físicos hasta que el individuo confesaba. Vamos, lo que es una confesión forzada e inventada. Increíble pero cierto.

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Pero hay que recordar que el recurso de la tortura en la Inquisición no lo inventaron ellos, ya que para ver ejemplos de tortura para confesar ya se podían encontrar en la antigua Grecia y Roma, donde eran prácticas bastante comunes. Se promulgaron estas torturas en Alemania algunos siglos después de la llegada del Cristianismo y en Inglaterra era muy común la práctica del insomnio, que como estaréis pensando, consistía en no dejar dormir a una persona hasta que confesaba. Una vez que ya conocemos cuáles eran las causas de los castigos de la Inquisición y de donde se originaban las torturas en general, podemos ver los numerosos castigos que se llevaban a cabo. Son bastante duros y explícitos, por lo que si no queréis leerlos bajad a la siguiente sección.

  • Tormento del agua: se le tapaba la boca y se le introducía agua por la nariz.
  • Anillo de hierro: se le ataban las manos y los pies a 2 anillos de hierro distintos y se estiraban hasta que los huesos se dislocan.
  • Araña: era un rodillo con filo en forma de tenedor que se pasaba por los senos de la mujer, haciéndolo rodar.
  • Atadura de pelo: se ataba un mechón de cabello de mujer a un palo. Se le hacía torcer, torcer y torcer, hasta que se le arrancaba de raíz.
  • Botas: también conocido como «aplasta piernas», se trataba de 2 cuñas que aplicaban desde los tobillos a las rodillas. 
  • El torturador cogía un martillo y golpeaba estas cuñas. El espacio entre las cuñas y la carne se iba cerrando hasta que estallaban los huesos.
  • Horquilla: una herramienta de metal con cuatro puntas afiladas se colocaban bajo la carne de la barbilla y sobre el esternón. Esta herramienta inmovilizaba cualquier movimiento de la cabeza, bajo la presión de estas puntas afiladas.
  • Garrote: bastante conocido ya que España lo conservó hasta la época franquista. Se pasaba la cabeza por un aro de hierro, dejando el cuello sujeto. Había una tuerca que iba cerrando este aro, hasta que la presión estrangulaba a la víctima o rompía las vértebras cervicales.
  • Azotes: se le inmovilizaban con 2 cebos, que atrapaban sus manos y pies. Una vez que se estaba desnudo se le azotaba con un látigo, con la cantidad de latigazos que el Tribunal estipulaba, que solía oscilar entre 50 y 200.
  • El caminante: se aplicaba generalmente en Inglaterra. Consistía básicamente en hacer caminar al pecador hasta la extenuación.
  • Aplastapulgares: título bastante descriptivo, nacido en Escocia. Se arrancaban las uñas de los dedos y a continuación se le introducía unos clavos en estos dedos.
  • Uñas de gato: era un instrumento que montado sobre un mango, servía para arrancar la piel de la víctima, sea cual sea la parte del cuerpo que quiera dañar.
  • Tortuga: se colocaba tumbado boca arriba sobre un tronco de madera. Entonces se le daban unas pesas, por lo que la espalda y la zona cervical se veía gravemente afectada.
  • Pera: para los pecados sexuales se utilizaba mucho esta práctica. Era llamado así porque era un utensilio con forma de pera, que se introducía en la boca, ano o vagina, y posteriormente se expandía en el interior, mutilando la zona afectada.
  • Lanzador: se colocaban unas correas sobre el cuello y se le hacía girar bruscamente la cabeza en repetidas ocasiones.
  • Tormento de la toca: al penado se le sujetaba a un bastidor que le mantenía recostado e inutilizado, se le fijaba en la boca una pieza de hierro para impedir que la cerrara, se introducía un trozo de lino que se deslizaba a través de la garganta a modo de embudo. Se vertía lentamente agua de una jarra sobre la tela, mientras el torturado jadeaba con una sensación de ahogo.
  • La cuna de Judas: se le colocaba sobre una superficie en forma de pirámide, justamente en la zona del ano, vagina, escroto o coxis. A continuación se le ejercía presión sobre la punta de la pirámide hasta que el verdugo creía conveniente.
  • Mordisco: principalmente utilizado en Francia y Alemania a madres solteras. Se le incrustaba en los pechos un aparato de hierro con dientes al rojo vivo.
  • Taburete del pato: solía utilizarse para castigar a prostitutas en Gran Bretaña. Se inmovilizaban en taburetes a la víctima y se le sumergía en lagos o ríos helados. Después le dejaban durante 5 minutos fuera del agua, pero empapados. Se repetía sucesivamente.
  • Sarcófago de la doncella de Nuremberg: bastante conocido gracias a las películas. Era una caja con forma de sarcófago, que poseía en su interior unos pinchos que se podían empujar una vez que se cerraba en su interior al pecador.
  • Pie de amigo: era un utensilio en forma de horquilla que impedía bajar la cabeza, por lo que tenía que mirar a las personas que le observaban y aguantar los salivazos que iban dirigidos a él.
  • Desgarrador de senos: se le daban cuatro vueltas a los senos de la mujer con herramientas de hierro hasta que se convertían en masas informes o se desgarraban. Solía utilizarse con mujeres adúlteras o que abortaron.
  • Suplicio del fuego: se colgaba al pecador y se le separaban las piernas y pies. El verdugo untaba de grasa la planta de sus pies y colocaba sus piernas cerca de un brasero, haciendo contacto sus pies con las llamas.
  • Rueda de Santa Catalina: se ataba a la víctima a una rueda que posteriormente hacía girar a gran velocidad sin parar.
  • Potro: el más utilizado por la Inquisición. Se ataba de muñecas y tobillos a un bastidor cuya rueda enrollaba y tensaba las cuerdas con la ayuda del verdugo hasta que se dislocaban las articulaciones de brazos y piernas.

Los Reyes de España y la Inquisición

Siempre se ha dicho que el número de víctimas de la Inquisición española ha sido incrementado por la leyenda negra inglesa, pero más allá de las especulaciones, os dejo las cifras reales de los afectados por la inquisición desde los Reyes Católicos hasta la abolición de la misma.

  • Católicos (1481-1517): 16376 quemados vivos, 9901 quemados en efigie, 178382 penitenciados.
  • Austrias (1517-1700): 16668 quemados vivos, 7377 quemados en efigie, 100254 penitenciados.
    • Carlos I: 6354 quemados vivos, 2872 quemados en efigie, 50496 penitenciados.
    • Felipe II: 3990 quemados vivos, 1845 quemados en efigie, 18450 penitenciados.
    • Felipe III: 1840 quemados vivos, 692 quemados en efigie, 10716 penitenciados.
    • Felipe IV: 2852 quemados vivos, 1428 quemados en efigie, 14080 penitenciados.
    • Carlos II: 1632 quemados vivos, 540 quemados en efigie, 6512 penitenciados.
  • Borbones (1700-1820): 1615 quemados vivos, 766 quemados en efigie, 9398 penitenciados.
    • Felipe V: 1600 quemados vivos, 760 quemados en efigie, 9130 penitenciados.
    • Felipe VI: 10 quemados vivos, 5 quemados en efigie, 170 penitenciados.
    • Carlos III: 4 quemados vivos, 0 quemados en efigie, 56 penitenciados.
    • Carlos IV: 0 quemados vivos, 1 quemado en efigie, 42 penitenciados.

Queda claro que la época de los Católicos fue la más grave en este asunto, debido a la cantidad de víctimas en el poco tiempo en que se produjo. Los Austrias son bastante continuistas, pero siempre en decreción y los Borbones acaban con la Inquisición, sobre todo desde Felipe VI.

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Inquisidores Generales en España

Un total de 45 Inquisidores generales ha habido en España desde 1481 que se impuso la Inquisición hasta 1820, cuando se prohibió, con Fernando VII.La lista es enorme, por lo que destacaré al primero y último, además del número de inquisidores que hubo con cada casa monárquica.Tomás de Torquemada, prior de los dominicos de Segovia, fue el primero, estando de 1491 a 1498. Francisco de Mier y Campillo fue el último, 1814-1820.

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Con los Católicos hubo 3 inquisidores como hemos dicho anteriormente, con los Austrias hubo 24 inquisidores generales y con los Borbones hubo 18 inquisidores generales.

Pinturas españolas sobre la Inquisición

Auto de Fe presidido por Santo Domingo de Guzmán – Pedro Berruguete – 1499 – Museo del Prado
Auto de fe en la plaza Mayor de Madrid – Francisco Rizi – 1683 – Museo del Prado
Auto de fe de la Inquisición – Francisco de Goya – 1819 – Real Academia Bellas Artes de San Fernando
Condenados por la Inquisición – Eugenio Lucas Velázquez – c.1860 – Museo del Prado

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